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Fuente: Tiempos globales

Un artículo del "Atlantic Monthly" estadounidense del 12 de julio, título original: ¿Dejarás tu salud en manos de la inteligencia artificial? El director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, y la empresaria Arianna Huffington hablaron recientemente con mi colega Charlie Worzel sobre sus ambiciones de remodelar el sistema de salud de EE. UU. con inteligencia artificial (IA) generativa. Anunciaron una empresa conjunta, Thrive AI Health, para proporcionar un chatbot que brinde recomendaciones de comportamiento basadas en las necesidades de salud específicas de un individuo.

El chatbot cometió tantos errores que dudé en seguir su consejo de regar un árbol y mucho menos poner algo en mi cuerpo. Pero sus partidarios prometen que se avecinan grandes tiempos. La visión es atractiva y, como dice Huffington: “Nuestro sistema de salud no funciona y millones de personas están sufriendo a causa de ello, pero algunos problemas pueden ser demasiado grandes para que la IA los pueda manejar”. Hay otra forma de ver Thrive AI Health: las empresas todavía están tratando de descubrir los verdaderos beneficios de la IA.

Thrive AI Health promete llevar la tecnología de OpenAI a las áreas más íntimas de nuestras vidas, evaluando datos de salud y haciendo recomendaciones. Thrive AI Health mejorará el campo existente de los chatbots médicos, mejorará la salud de las personas, reducirá los costos de atención médica y reducirá significativamente el impacto global de las enfermedades crónicas.

Altman y Huffington describen a la empresa como una remodelación de la "infraestructura crítica" del sistema de salud. También dijeron que un futuro chatbot de la compañía podría animarte a "cambiar tu tercer refresco de la tarde por agua y limón". Describen el chatbot como un "entrenador de salud con inteligencia artificial hiperpersonalizado" y el núcleo de la promoción de Thrive AI Health. El robot generará "información personalizada basada en IA" basada en los datos biométricos y de salud de los usuarios, proporcionando información para ayudar a los usuarios a estar más saludables. Por ejemplo, un entrenador de IA podría recordarle a un paciente diabético ocupado que tome sus medicamentos a tiempo y le proporcione recetas saludables.

Esto me parece difícil de aceptar: ¿dos empresarios ricos y conocidos pidiendo a la gente corriente que entregue sus datos de salud más privados e importantes a un robot molesto? Las aplicaciones de salud son populares y la gente permite que las herramientas tecnológicas recopilen todo tipo de datos personales todos los días, como información sobre el sueño, la frecuencia cardíaca y la salud sexual. Si la empresa tiene éxito, el potencial de mercado será inconmensurable. Pero la IA complica las cosas y abre la puerta a que las empresas entrenen modelos basados ​​en información privada. Altman y Huffington están convenciendo al mundo de que algún día la IA transformará nuestra relación con nuestros cuerpos.

Lo que será diferente en el coaching de salud con IA, dijo Huffington, es que la tecnología será lo suficientemente personalizada como para satisfacer las necesidades de cambio de comportamiento individual que el actual sistema de atención médica de EE. UU. no puede satisfacer. Altman dijo que cree que la gente quiere sinceramente que la tecnología los haga más saludables: "Creo que hay muy pocos casos en los que la IA realmente pueda cambiar el mundo. Hacer que las personas sean más saludables es sin duda uno de ellos".

Ambas respuestas parecen sinceras, pero cada una requiere cierta cantidad de fe. Necesitamos la fe, es un poderoso motor de progreso y una forma de ampliar nuestros horizontes. Pero la fe, especialmente la fe ciega, puede ser peligrosa en el contexto equivocado. Una industria impulsada por la fe ciega parece particularmente preocupante, ya que otorga una enorme influencia a los codiciosos y permite una “tercera mano” a los estafadores que buscan ganar dinero rápido. El mayor truco de una industria basada en la fe es que sigue cambiando sin esfuerzo los objetivos, resistiéndose a la evaluación y evitando las críticas. Las personas con motivos ocultos "pintan el pastel" para engañar a personas desprevenidas. Al mismo tiempo, es posible que una visión a medias nunca espere redención. (Autores Damon Beres, Charlie Worzel, traducido por Wang Yi)