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Noticias de última hora de "Naturaleza": las células inmunes nasales pueden producir anticuerpos para resistir la invasión microbiana

2024-08-05

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Un nuevo estudio revela la presencia de cornetes en los cornetes nasalesAnticuerpoCélulas B, estas células puedenPatógeno Proporciona protección inmune local cuando se intenta una invasión desde la cavidad nasal. Este descubrimiento no sólo nos ayuda a comprender mejor los mecanismos de la inmunidad nasal, sino que también puede proporcionar ideas para el desarrollo de vacunas nasales más eficaces y nuevos tratamientos para enfermedades neurológicas, alergias y enfermedades autoinmunes.

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La nariz es el principal portal de comunicación de nuestro cuerpo con el mundo exterior. Respiramos aire por la nariz, percibimos olores y también somos los principales puntos de entrada para la invasión microbiana. El cornete es una estructura especializada cubierta por un tejido único que secreta moco y contiene muchas ramas de células nerviosas responsables del sentido del olfato. La estructura y función de los cornetes permiten que el aire se caliente y absorba la humedad antes de llegar a los pulmones.

En un nuevo estudio realizado por investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias, descubrieron que cada vez que una persona enferma o recibe una vacuna, las células B secretoras de anticuerpos migran a los cornetes y desde allí secretan anticuerpos localmente hacia la cavidad nasal. Este descubrimiento revela un nuevo mecanismo de defensa inmune nasal y puede allanar el camino para una vacunación nasal más eficaz.


El equipo de investigación utilizó tecnología de imágenes avanzada para observar la respuesta inmune del cuerpo mediante imágenes de los órganos completos del sistema inmunológico de ratones. Cuando los ratones se vacunan por vía intranasal, las células B, los principales productores de anticuerpos del sistema inmunológico, generan una respuesta inmunitaria focalizada. Estas células comienzan como células B precursoras con el potencial de reconocer patógenos y someterse a un proceso de diferenciación para convertirse en células que secretan anticuerpos específicos del patógeno o convertirse en células de memoria, que pueden almacenarse con el tiempo para futuras infecciones.

La investigación ha descubierto que las células B cambian el tipo de anticuerpos que producen después de la vacunación y comienzan a secretar anticuerpos que ingresan específicamente a la cavidad nasal desde los tejidos de la mucosa interna. Estas células secretoras de anticuerpos luego se mueven desde los ganglios linfáticos nasales a las glándulas secretoras de moco en los cornetes, justo debajo de su capa externa de células, y secretan anticuerpos en estas glándulas, compensando así la incapacidad de los anticuerpos sanguíneos para ingresar a este canal a través de el torrente sanguíneo.

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Este estudio no sólo revela un nuevo mecanismo de defensa inmune nasal, sino que también apunta a la posibilidad de un futuro diseño de vacunas, especialmente para enfermedades neurológicas, aprovechando las células secretoras de anticuerpos para acceder al nervio olfatorio. Las investigaciones futuras seguirán explorando este mecanismo con miras a desarrollar vacunas y tratamientos más eficaces para proteger a las personas de diversas enfermedades.

Referirse a

Jingjing Liu et al. Las células secretoras de IgA que se dirigen a los cornetes se originan en los tejidos linfoides nasales. Nature, 2024, doi:10.1038/s41586-024-07729-x