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2024-08-19
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El infarto cerebral, esa enfermedad fantasma conocida en los pasillos de la medicina moderna como "ictus" o "ictus cerebral", se está introduciendo silenciosamente en nuestras vidas y convirtiéndose en un asesino invisible en el ámbito de la salud.
Su tasa de incidencia es como una marea que aumenta silenciosamente en la noche oscura. Desde 1993, sólo ha ocupado una pequeña esquina del mapa de infartos cerebrales, representando aproximadamente el 5,08%. Este salto numérico no es solo un montón de números, sino también un impacto violento en la línea de defensa de la salud humana. Ha hecho sonar la alarma sin piedad, resonando en todos los rincones que anhelan una vida pacífica.
¿Por qué cada vez hay más pacientes con infarto cerebral?
Una es la causa fundamental de los malos hábitos de vida.
Como una larga corriente de agua, erosionando silenciosamente el terraplén de la vida. Quedarse despierto hasta tarde es como escabullirse en la noche oscura, privando a las estrellas y la ternura de los sueños; la dieta es sesgada, los sabores grasosos y pesados se entrelazan en una red, restringiendo fuertemente la flexibilidad de los vasos sanguíneos. De esta manera, el barco del infarto cerebral zarpa silenciosamente en este río oscuro de malos hábitos.
En ambos casos, la presión es tan pesada como montañas, dejando a la gente sin aliento.